Fátima es uno de los lugares simbólicos para el Cristianismo, como lo pueden ser Lourdes o Roma y el Vaticano y Jerusalén.
Hoy en día la ciudad está dedicada prácticamente al negocio que suscita la devoción mariana, y está compuesta por múltiples restaurantes, albergues y hoteles para peregrinos que en fechas señaladas y conmemorativas de las apariciones de la Virgen se llenan de fervientes fieles.
La Basílica neoclásica es el lugar más importante para los devotos. En ella se encuentran las tumbas de los tres pastorcillos (los hermanos Jacinta y Francisco Marto, y su prima Lucía Dos Santos) a los que se apareció la Virgen en 1917 y que hoy día son beatos. Frente a ella hay una enorme explanada para poder congregar a más de 300.000 devotos.
En la otra punta de la explanada se encuentra la Iglesia de la Santísima Trinidad con capacidad para más de 8600 personas. Un edificio moderno y funcional per actes religiosos.
El Papa Juan Pablo II dió un gran impulso a Fátima con sus tres visitas y la canonización de dos de los pastorcillos en el año 2000.
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